el año es diciembre 2010

Era una pequeña casa en el barrio tradicional de la Zona Este de São Paulo, una propiedad que constaba de un dormitorio, sala, cocina y un baño simple.

En el patio trasero ya había cientos de gatos y varias ollas con comida para estos animales.

El sol alto hacía que aquellos alimentos y heces felinas emanaran un olor insoportable.

Porque permanecería allí durante mucho tiempo sin que alguien lo reemplazara o limpiara.

La dificultad de desprenderse de bienes materiales en exceso y ya desgastados se hizo visible al abrir la puerta de la cocina, que era el único acceso al interior del inmueble.

¿Y los gatitos qué hacer? Como había cientos dentro de la propiedad sentados en un viejo sofá y una mesa de madera, se los podía ver subiendo y bajando desde allí.

La misma mesa estaba cubierta con un mantel de trapo y parecía esconder una montaña. Cuando tiramos de la toalla, descubrimos que había comida suficiente para alimentar a miles de camadas.

Iniciamos el trabajo solicitando ayuda al Centro de Zoonosis de Capital, intervinieron al día siguiente para darle destino a los felinos que ya estaban abandonados allí desde hacía días. Tuvieron muchos problemas para llevar la gran cantidad de animales.

En la secuencia teníamos que recolectar esa enorme cantidad de alimento tanto a granel como enlatado.

En los cálculos apresurados había 580 botes pequeños de pienso y otros 300 kilos de pienso que envasamos en bolsas de 100 litros.

Pero lo peor estaba por venir, tuvimos que aplicar insecticida para poder empezar a limpiar, pulgas y cucarachas se disputaban el ambiente junto con los animales.

Cuando se aplicó el veneno por dentro de los desagües, paredes y pisos, tuvimos que salir de la propiedad y tapar las rendijas de las puertas y ventanas para que los insectos no salieran al exterior de la casa y dañaran a los vecinos.

Una vez hecho esto, llegó el momento de recoger la suciedad y la sorpresa fue que cuando juntamos todos esos insectos llenamos otra bolsa de 100 litros solo con cucarachas.

el dormitorio estaba totalmente a oscuras y después de sacar el viejo armario lo que pensamos que era una mancha oscura en la pared era en realidad miles de cucarachas acurrucadas como si estuvieran pegadas unas a otras. Cayeron al suelo como si fueran parte del yeso y en un chasquido inesperado se esparcieron por el suelo, provocando que tuviéramos que volver a aplicar el insecticida.

Fueron 02 días de trabajo, empacar ropa, sacar muebles viejos y mucha suciedad.

El mayor desastre fueron las heces de los gatos y la comida en mal estado e incluso algunos ratones muertos dejados por los gatos y muchas cucarachas.

Después de nuestra partida, dejamos la propiedad completamente higienizada y desinfectada, pero necesitaría una buena renovación, ya que la salubridad había dañado la estructura.

La señora que vivía en el ambiente adquirió toxoplasmosis y como también tenía problemas del corazón, estaba bajo atención médica.

Tiempo después supimos que por suerte se recuperó y la familia la dejó al cuidado de una enfermera privada y asistencia psicológica. Tenía pasión por los gatos y esta pasión exagerada le hizo perder el control de la situación y vivir en un ambiente totalmente sin las condiciones sanitarias adecuadas.

Las cosas empezaron así: para dos, tres mascotas. Después de doce meses, había cien.

El acaparamiento de animales es una enfermedad que tiende a ser ignorada, pero puede causar mucho daño.